La jornada de los clubes celestes fue muy floja, y terminarán definiendo los últimos cuatro lugares del seven de Punta del Este

La primera jornada del Seven de Punta del Este se cerró con un balance bastante amargo para Uruguay. Los Teros fueron el único equipo local que cosechó una victoria, lo que le valió además clasificar a la Copa de Oro, donde tendrá una misión casi imposible: derrotar a Samoa, que viene siendo una máquina, y sin brillar ha sido por lejos lo mejor.

De los uruguayos, lo mejor fue lo de Trébol que perdió en alargue con Lobos Moby Dick y arrinconó a Argentina todo el segundo tiempo para terminar perdiendo 10-0 en la hora. El sistema de clasificación, que suma la cantidad de tries, lo mandó al fondo y mañana deberá pelear por la Copa Challenge.

Curiosamente, las últimas cuatro posiciones fueron para los clubes locales, que mañana temprano en la tarde definirán la Copa Challenge, con la única motivación de no ser los últimos.

Los clubes sintieron las ausencias de jugadores destacados. En parte por la doble citación de la selección uruguaya tras la competencia de Mar del Plata que obligó a llevarlo mejor al Sudamericano, Pero indudablemente,  los clubes le faltaron otros jugadores –Trébol fue el que presentó el plantel más completo. Los que estuvieron en cancha tuvieron buen rendimiento, hasta mejor de lo esperado. Pero tuvieron una constante de verse superados físicamente, sobre todo en el segundo tiempo, lo que los obligó en muchos partidos a perder la ventaja que habían logrado en los inicios. La diferencia se vio en los rucks, donde los celestes permanentemente le tocó perder pelotas propias, y también en ritmo, cuando el rival mantenía la pelota, la movía varias fases y encima lograba mantenerla en los rucks, lo que inevitablemente desgastaba a la defensa hasta que se generaba el espacio.

Vuelve a ser un llamado de atención a todos los niveles. No son muchas las chances para los equipos uruguayos de participar a este nivel. Y por razones diferentes, ya va dos años seguidos que los uruguayos pasan con más pena que gloria por Punta.