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El perfil de Calandra

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En los últimos años estuvo muy vinculado a la selección; puede ser el puente que permita integrar a dos referentes en Los Teros: Pablo Lemoine y Diego Ormaechea
 
 
Fue un largo camino el que llevó a Marcello Calandra a la presidencia de la URU. Ex jugador de MVCC, desde hace años es uno de los hombres que sostiene desde hace años a Lobos de Maldonado, un club que sin duda sentirá mucho su ausencia en los años que vienen.
 
Como jugador, el pilar Calandra jugó desde 1979 hasta 1984 en el desparecido Club Universitario del Prado (CUPRA), para luego recalar en 1985 en Montevideo Cricket, club que le permitió llegar a Los Teros en el Sudamericano de ese mismo año. Con Los Teros siguió durante una década, hasta el Mundial de Gales 1999. Ya en el cierre de su carrera dejó MVCC en 2000, y pasó a ser uno de los motores del proyecto Lobos, en el que se desempeñó como jugador durante 2001 y 2002, y luego entrenador, dirigente, cocinero y todo lo que se necesitase.
 
Con la selección.
Calandra también ha sido uno de los protagonistas de los últimos años de la selección nacional. En 2006 y 2007 ofició como mediador entre los entonces entrenadores Nicolás Inciarte y Fernando Silva y los jugadores Pablo Lemoine, Juan Carlos Bado y Nicolás Brignoni, lo que llevó, tras arduas negociaciones, a que los tres jugadores se integraran al plantel para el repechaje con Portugal. Pese al éxito momentáneo de las negociaciones, la historia no termino bien: Uruguay quedó eliminado y renacieron enfrentamientos entre ambas partes.
 
En 2008, ya con la primera directiva de Gustavo Zerbino, se desempeñó como manager del Plantel durante el inicio de la era del argentino Guillermo García Porcel, aunque luego se alejó en enero de 2009 por diferencias en la forma de conducir el proceso. Fue sustituido brevemente por Fabián Barbato, y luego por su amigo Rafael Villarrubí.
 
El intento por Ormaechea.
De todos modos siguió estando cerca del seleccionado, al que volvió a integrarse al ámbito de la Unión en 2010, ya como vocal de la Directiva, encargado de los temas de selección. Como tal se encargó de las negociaciones para lograr la llegada como DT del argentino Gonzalo Camardón –su amigo personal-, aunque se distanció de la directiva luego de que se cayeran las negociaciones para integrar a Diego Ormaechea como integrante del Cuerpo Técnico. Volvió a tener fuerte protagonismo en ocasión de la recta final de la eliminatoria, y fue uno de los hombres que estuvo junto al plantel en la preparación en Italia previo a la revancha ante Rumania.
 
El puente Lemoine-Ormaechea.
Calandra es considerado un hombre de buen diálogo con Ia gran mayoría clubes –de hecho es del “riñón” de dos, Lobos y MVCC-, aunque la larga y dura negociación por la nueva directiva le valió algún cruce que deberá reconstruir en lo que viene. De esa manera, tiene la ventaja de poder oficiar como “puente” entre las dos corrientes de clubes actualmente enfrentadas. 
 
En ese sentido, el nuevo presidente siempre ha manifestado su intención de oficiar como factor de acercamiento y de conciliación, para juntar a gente que no ha trabajado junta. En la práctica eso se traduce en una vieja intención: que ya sea en el corto o en el mediano plazo, en el cuerpo técnico de Los Teros puedan trabajar juntos dos de las máximas figuras del rugby uruguayo: Pablo Lemoine y Diego Ormaechea. 
 
Ambos tienen una fuerte amistad con Calandra. Con Ormaechea compartieron años en el pack de forwards de la selección, y hasta la camiseta de Carrasco Polo, cuando el club del caballito invitó a Calandra a una gira por Europa en 1989, cuando se afianzó la amistad entre los dos. 
 
También tiene una larga amistad con Lemoine, quien considera al nuevo presidente su mentor, ya que fue su entrenador en M19 y con quien compartió la primera línea de MVCC y Los Teros al inicio de su carrera.
 
Tanto Lemoine como Ormaechea pertenecen a los dos bandos enfrentados en los últimos años en el rugby uruguayo. Sin embargo, si bien no son amigos, entre ellos no hay una mala relación, y de hecho valoran la figura del otro como alguien que puede aportar a Los Teros. Eso es lo que Calandra siempre tuvo en mente para propiciar el acercamiento y cortar con una lógica que marca que, en los últimos años, la selección ha estado en manos de uno u otro bando, con el otro bando sintiéndose excluido del proceso.  De hecho, aquel intento de Calandra de llevar a Ormaechea fracasó en parte porque varios clubes se negaron a que el DT de Polo llegara con su cuerpo técnico, ya que creían que sería un “desembarco” de Polo en el mando del seleccionado.
 
Yendo más allá, esa puede ser la fórmula que permita el regreso a Los Teros de Rodrigo Capó, actualmente alejado. Sí así se logra, sería lo que permitiría que el rugby uruguayo pueda volver a hacer convivir a todos sus referentes en el seleccionado.

 

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