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Negociaciones a contrarreloj

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A menos de una semana para la Asamblea que debe votar una nueva directiva, los clubes aún no se ponen de acuerdo en una fórmula para llegar a un consenso; los nombres que se manejan son los de Carlos Pombo y Marcello Calandra
 
 
A menos de una semana de la asamblea donde se definirá la nueva directiva de la Unión de Rugby del Uruguay para el período 2012-2015, los clubes negocian a contrarreloj para llegar a una fórmula de consenso que permita arrancar sin divisiones el nuevo período de cuatro años, como establece el nuevo estatuto.
 
Hasta ahora, tras dos meses de negociaciones, aún no hay un acuerdo claro. Como en los últimos años, hay dos posiciones: una corriente crítica de la actual gestión, liderada por Carrasco Polo y Old Boys, que propone un cambio. Para eso postulan a Carlos Pombo, gerente de marketing del Grupo Disco y hombre cercano a los azulgranas –su hijo juega en la primera del club-.
 
Del otro lado, varios clubes como MVCC, Champagnat, Lobos o PSG proponen el nombre de Marcello Calandra, ex directivo en este período, además de ex manager de Los Teros.
 
En el medio, otras instituciones como Old Christians y Los Cuervos están en la posición de negociar y que ambas partes cedan para llegar a un consenso. Trébol está cercano a la primera corriente, aunque  con el norte de que surja de un consenso. PSG está cerca al segundo grupo, aunque con la misma idea de los sanduceros.
 
Ambos candidatos se reunieron entre ellos y con directivos de varios clubes, intentando negociar una fórmula que conforme a todas las partes. E incluso ambos se pusieron de acuerdo en trabajar juntos en una Directiva. Sin embargo, la traba aparece por el lado de los puestos: los clubes que proponen a Pombo lo quieren comandando la directiva, mientras que entre quienes defienden a Calandra, algunos no quieren a Pombo como presidente, otros quieren que acepte ir como vice si la mayoría prefiere a Calandra, y otros piden poder incluir algunos nombres en la directiva, entre ellos actuales miembros de la comisión.
 
De acuerdo a los sondeos que realizó Rugbynews, los clubes que están promoviendo a Calandra no quieren hacer una tabla rasa respecto a la actual directiva, y pretenden defender la gestión no solo conceptualmente –de manera de que no se vayan por la puerta de atrás- sino a través de varios nombres que se pretende sigan. En ese espíritu, los clubes  que están en la posición más negociadora habían propuesto hace algunas semanas dejar de lado algunos nombres de la actual directiva, de manera de facilitar un consenso.
 
Del otro lado, los clubes que promueven a Pombo creen que debe haber una renovación importante, y plantean la posibilidad que su candidato arme la directiva que él cree que debe estar, y negociar algún nombre puntual con Calandra. Entienden que, tras años de división, es positivo que llegue un hombre que no estuvo en las luchas políticas del rugby de los últimos años, y que es un hombre de empresa que puede aportar al crecimiento del rugby.
 
Hasta el sábado pasado –cuando los presidentes se reunieron por última vez- el ambiente estaba favorable para armar una directiva de consenso con la fórmula Pombo-Calandra, porque más de la mitad de los clubes –los de mayor peso- estaban en pos del acuerdo. Pero al no poder convencer al resto, y al verse en la disyuntiva de imponer esa fórmula por mayoría, algunos clubes ya no están tan convencidos.  Y haciendo cuentas, entienden que alguno de los nombres de la actual directiva tiene más consenso que los nombres nuevos –aunque con el detalle nada menor que los dos opositores son dos de los clubes más fuertes del rugby uruguayo-.
 
Con ese panorama, los clubes siguen los llamados y conversaciones en estos días, intentando acercar las partes. Para el viernes está prevista una nueva reunión de presidentes, la última instancia antes de llegar a la Asamblea de Clubes del lunes 26. Si en esa reunión no hay un acuerdo, crecen las chances de que la Asamblea termine en un cuarto intermedio, para barajar y dar de nuevo, buscando lanzar nuevos nombres en los que todos estén de acuerdo. Lo que está claro es que nadie quiere comenzar un período de cuatro años –el nuevo estatuto así lo define- como se empezó el último período de dos: con clubes en desacuerdo y distanciados.

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