PSG dejó escapar la clasificación a semifinales. La tuvo en sus manos, y por lo hecho en el segundo tiempo hasta debió serlo. Sin embargo el rojo dejó pasar la oportunidad, y por eso quedó a expensas de que Christians, que no jugó bien, sacara un golpe de la galera y terminara ganando un cerradísimo partido, que al azul le asegura el 1 para los playoffs y para el rojo es casi la despedida.

 

El viento, el frío y el agua hicieron lo suyo para que saliera un apartido cerrado, con mucha lucha cerca de las formaciones y poquísimo juego. Christians dominó el arranque, obteniendo mejor la pelota e intentando avanzar por adentro en velocidad. No conseguía darle la tercera o cuarta velocidad, porque PSG, como la semana anterior contra Old Boys, cerraba caminos, pero así y todo el azul lograba mantener la pelota lo suficiente para forzar los penales del rojo. Arocena transformó en puntos el primero a los tres minutos, aunque luego no puedo convertir los dos siguientes.

 

Con el viento a favor, Christians no buscaba planes alternativos a ese cerrado juego, y quizás pecaba de no usar el pie más para encajonar a PSG, que no le encontraba la vuelta a la salida de su campo, porque el viento no ayudaba y los kicks no se iban cuando probaba en largo, además de que el juego con la mano no era fino. 

 

Finalmente, en el cierre de la primera parte, pudo salir del asedio. El scrum  de PSG empezó a imponer condiciones, y todo eso le permitió en el cierre tener un par de oportunidades cerca del ingoal, aunque los forwards son pudieron transformarla en puntos. Esa falta de definición terminará siendo fatal para el rojo, que se iba al descanso perdiendo 0-3.

 

Las cosas se dieron vuelta en el segundo tiempo, porque PSG se hizo con la pelota y dominó en campo rival. Al igual que Christians en el primer tiempo carecía de profundidad, pero estaba allí, pronto para dar el zarpazo. Y lo hizo a los 9 minutos, cuando Inchausti encontró un hueco e interceptó un pase, para irse al ingoal y apoyar el 7-3.

 

La Marea Roja deliró, porque era el momento de PSG, que parecía seguir de largo. Siguió apretando y  tuvo dos opciones de scrum en las 5 yardas de Christians. Sin embargo, sus propios errores –dos knock ons- le impidieron sumar el try que sacara ventajas casi definitivas en un partido tan cerrado.

 

PSG no lo supo aprovechar, y retrocedió en el campo. En cambio, sí lo hizo Christians. Salió de le presión, llevó el juego hasta la mitad de la cancha y tras un intercambio de golpes Andrés Vázquez y Diego Román se fueron con amarilla. En el siguiente scrum apareció la efectividad de Christians al 100%: scrum, el azul pudo ganar casi por primera vez con claridad, Joaquín Pérez se levantó y avanzó varios metros, para jugar con Federico Favaro, que en su primera jugada encontró el espacio y pasó justo por el lugar donde debía estar Román, para sortear el último tackle de Dugonjic e irse hasta el fondo para poner el 8-7. Christians, que hasta allí estaba contra las cuerdas, otra vez se ponía arriba.

 

El rojo no se dio por vencido, y otra vez lo fue a buscar. Siguió dominando en el scrum, pero ya no tuvo tanta claridad para ir a buscar el juego a la última zona azul. Se apuró en buscarlo de drop, y así fue perdiendo el dominio que tenía en el juego corto. Hasta forzó tres oportunidades de penal; sin embargo, Dugonjic solo pudo aprovechar la tercera, para poner arriba al rojo 10-8.

 

PSG debía mantener la defensa por cuatro minutos, para festejar la clasificación a semifinales. Pero no le duró ni una jugada. Salida, y en el siguiente ruck, penal para Christians, que Arocena se encargó de  transformar en el 11-10.

 

A PSG no le quedó ni el tiro del final, porque no tuvo la claridad para ir a buscarlo en el cierre, y el partido fue muriendo en campo del rojo, incluida una roja a Fernando Bascou por pisotón a Storace. Así, más por sus errores que por los aciertos del rival, PSG dejó pasar la chance de meterse entre los cuatro mejores. Mientras tanto Christians, que dio un paso atrás en el juego, sin embargo sacó un triunfo dificilísimo, que le asegura el 1 para los playoffs y le da la tranquilidad de que otra vez, en un partido que estaba para cualquiera, fue el que terminó festejando.