La entidad aceptará que jueguen los becados de hasta 23 años y el ENARD se hará cargo del dinero que los rugbiers dejarán de percibir de la UAR; se convocará una asamblea extraordinaria
Principio de solución en la URBA
La plata del Estado, sí. La de la Unión Argentina de Rugby (UAR), no. Si se tiene hasta 23 años, sí; si se tiene 24 o más, no. Esa es parte de la solución, que intentará ser definitiva, que la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) presentará en una asamblea extraordinaria que se convocará en los próximos días. Es así que podría llegarse a una solución para el conflicto que convulsionó al deporte durante marzo y abril. La tregua de 60 días entre dirigentes y jugadores para intentar consensuar un acuerdo sobre qué hacer con los jugadores afectados al Plan de Alto Rendimiento (PLAR), que cobran una beca de $ 2600 de la Secretaría de Deporte de la Nación y la UAR, está por tener un nuevo capítulo.
En una reunión de la que participaron unos 60 presidentes y representantes de clubes de la URBA, se debatió un documento de ocho puntos, entre los que se destacan la aceptación de los jugadores becados de hasta 23 años y que el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) se hará cargo del dinero que los jugadores dejarán de percibir de la UAR, con el objetivo de desarrollar el deporte olímpico. Así, los rugbiers seguirán cobrando los $ 2600, pero éstos saldrán del Estado Nacional (la secretaría a cargo de Claudio Morresi y del ente que preside Gerardo Werthein).
¿Qué sucederá con los jugadores que forman parte del plan cuando cumplan 24 años? Los que la UAR elija pasarán a formar parte del seleccionado profesional que participará de las competencias internacionales anuales que la Argentina disputará desde el próximo año: Cuatro Naciones, Currie Cup, Vodacom Cup, Nations Cup, sudamericanos y las ventanas internaciones. Los que no sean convocados podrán volver a sus clubes. Lo mismo sucederá con los que renuncien al seleccionado profesional. La URBA aceptará que vuelvan a su certamen sin condicionantes.
"Estoy muy contento; se trabajó en un clima excelente y de camaradería. Quedó claro que el principal compromiso es con el rugby amateur y de formación", dijo a La Nacion el presidente de URBA, Carlos Campagnoli.
Pasaron 56 días de reuniones, marchas y contramarchas, pero la medida que se pondrá sobre la mesa podría ser la solución definitiva que se busca desde hace tres años. Los directivos bonaerenses, de esta manera, les abren la puerta de manera definitiva a los becados y esperan poner fin al conflicto que atraviesa el rugby desde hace tres años.
Desde hace casi dos meses los rugbiers juegan en contra de lo que se acordó en la asamblea extraordinaria del 15 de abril. En esta se estableció que todo jugador rentado debía renunciar a tal beneficio para poder jugar. "El rugby está por encima de la normativa", sostuvieron los dirigentes para justificarse. Mientras se buscaba una solución alternativa, se resolvió que los jugadores rentados donen el dinero.
La medida había traído alivio en los jugadores que le dieron una cálida bienvenida. La imposibilidad de jugar hizo que los jugadores dentro de la cancha respaldaran a los rugbiers afectados. En la primera fecha del campeonato, en el partido de Belgrano frente al SIC, los primeros 10 minutos no hubo juego en señal de protesta.
Días después llegó la intervención del Estado. Preocupado por la dilación del conflicto, Claudio Morresi citó a los presidentes de la UAR y de la URBA para alcanzar una solución al nudo del problema. El funcionario le solicitó los bonaerenses que, dentro de los próximos dos meses, se encuentre una solución.
Después de muchas peleas y enfrentamientos y cuando el plazo está por cumplirse, parece asomar la respuesta que permitiría recuperar la calma.
Nota de Santiago Dapelo (Canchallena.com)