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“Físicamente estamos bien, ahora la cabeza debe andar a otro ritmo”

Escrito por Ignacio Chans Etcheverry*/ ?> Publicado en Locales, Selección, Uruguay

Pablo Lemoine, entrenador de la selección uruguaya, habló de los objetivos de Charrúas XV para la UruCup

Foto Masha Anderson

Foto Masha Anderson

Por Ignacio Chans, Redacción RugbyNews
¿Lo último que vio la gente fue repechaje ante Rusia. Que le diría del trabajo de estos meses?
Lo primero es que los jugadores tienen una ansiedad generada y natural. Cuando uno es rugbista lo que ama es el rugby. A los jugadores les gusta la pelota, expresarse en la cancha, y hoy estamos terminado el tercer mes sin rugby, de parte física, de destrezas, de contacto, de introducción al juego. De funcionar con un nuevo físico: han trabajado la parte de nutrición, de los déficit funcionales. Hoy no son más altos ni diferentes pero si tienen más potencia, más velocidad, y se están adaptando a ese juego. Como programa deportivo apelamos a jugar un mejor rugby, con otra intensidad, para poder ser protagonistas y no el juego que desarrollamos por tres años, que fue más resultadista, porque todo era una final, todos los partidos eran importantes y había que tener una presencia importante porque si no nos invitaban al siguiente. El equipo lamentablemente no se expresó al 100%. Igual hubo cosas excelentes, terminamos el último partido metiendo 36 puntos en Montevideo y 21 en Rusia. En una eliminatoria metimos 57 puntos. Muestra claramente que estamos bien. A veces no salen las cosas, a veces el nerviosismo lleva a retener un poco al jugador. Se están procesando esos cambios y se están manejando la ansiedad, nuestro primer gran desafío es ese, manejar los tiempos, empezar a jugar al nuevo sistema, ser pacientes, organizados. Y estar compitiendo con el compañero, es uno de los puntos más serios que tenemos, porque no deja de ser una preselección. Esperamos que los jugadores nos demuestren este trabajo en el mundial

¿Se buscará desarrollar el juego que se verá en el Mundial?
Si, sobre todo necesitamos que se vea el cambio de actitud, no el paradigma de ganar sino la posibilidad de generar cosas, de aumentar nuestras posibilidades. Cualquier análisis que hacía un técnico que venía a jugar con Uruguay en las Eliminatorias se basaba en el scrum y el pack, pero Uruguay metía tries de backs. Capaz que fue hasta una ventaja, llamamos mucho la atención con el juego agrupado pero generamos muchos puntos o penales en el juego de backs. Hoy creo que hay que concretar todo eso, estamos convencidos que podemos concretar otra cosa. Ojalá podamos desarrollar el juego del mundial. Hacer un sistema defensivo más agresivo y ante otra calidad de jugadores siempre se hace más difícil, pero hay que empezar a probar.

Es un poco revolucionario escuchar que un equipo no busca salir a ganar sino a desarrollar juego.
Es que el Mundial no puede ser una condena para nosotros. No nos podemos condenar si salen mal los resultados. Tiene que ser un aprendizaje. Tenemos que evaluar si este mundial es el final de algo o el principio de algo. Estoy convencido y el proyecto lo marca que es el comienzo de algo. Nos ayuda a crecer, a la unión, al estadio, al proyecto, al cambio de Tier 3 a Tier 2. Son cosas que si uno las analiza nos potencian. El otro día hicimos un análisis de lo que es el 2016, porque a veces uno se queda en 2015. Nos encontramos con un calendario de Pacific Cup en febrero, marzo y abril UruCup, abril y mayo sudamericano, en junio Nations Cup, en octubre Americas, en noviembre Argentino de provincias y ventana de noviembre, y en junio hasta la posibilidad de que algún grande haga una parada en Uruguay cuando viene a jugar con Argentina. Posiblemente tengamos hasta más partidos que este año.
Esta semana salió el calendario de los clubes, hay otra categoría más que se está jugando. Es una muestra del crecimiento del rugby. Los clubes están entendiendo que ese crecimiento es vital, tener más jugadores genera más ingresos, más interés, lo mismo para los jueces, los PF. El rugby está entendiendo que hay un cambio y no es la selección por un lado y el resto por otro. Todo va englobado. Los chicos de la sub19 hoy tienen su foco en el sudamericano, han hecho postemporada y pretemporada, hay un convencimiento que las selección potencia a los clubes, es un poco lo que es el Mundial. No se generaban estos movimientos hace cuatro años cuando no había nada. Se generó y hay que aprender a vivir en ellos y potenciarlo.
Ahora la parte difícil es dar un salto más. l objetivo de muchos durante mucho tiempo era el Mundial. Llegar ahí. Ahora que llegamos tenemos el desafío de seguir creciendo. Es la parte más difícil: hay que convencer a todo el mundo que hay mucho más. Vamos a tener que aprender a perder de vuelta, porque cuando a uno le tocan rivales más duros vamos a volver a perder. Hay que saber manejar eso, ahí es donde hay desestabilización de proyectos deportivos en cualquier deporte. Uno aprender a perder pero disfruta de los logros. Uruguay compite contra potencias como países: Brasil, a Rusia, a Hong Kong que es parte de China. Competimos contra monstruos dentro del deporte, creo que son méritos grandes de esta unión tan chica que aspira a tanto. Hay que reciclarse y decir el objetivo cambió. Son las pautas que nos marca la directiva de turno pero sí creo que el rugby uruguayo sigue creciendo.

En cuanto al plantel, ¿es la primera prueba para definir la lista de 31 jugadores?
Sí. Empezamos el proceso preparatorio para el mundial, no es un campeonato que nuestro interés sea ganarlo, el interés es que los jugadores ese expresen en su totalidad, se sientan con capacidad de mostrar algo. No es un viva la pepa pero no es una presión monstruosa.

¿Por eso se juega como Charrúas XV?
Claro, se juega como Charrúas XV porque consideramos que hemos logrado poner la camiseta de Teros en un lugar importante, que nos costó mucho. Trabajamos muchísimo, agarramos posiblemente en una situación más complicada que otros seleccionados, pero hemos logrado una identidad y cada vez que nos ponemos la camiseta celeste tenemos que seguir protocolos, desde la concentración hasta darle la seriedad que se merece. No es que no la tomemos ahora, pero tratamos de no generar una presión porque estamos con otro objetivo: jugar más. El de este torneo es un objetivo de juego. La camiseta celeste va mucho más allá que el juego. Hay otra cosa atrás, una mística que es importante cuidar porque si no se desvaloriza. El foco en este torneo es deportivo, al 100%. Hay otros focos cuando hay una camiseta celeste, y nuestro encare es deportivo pero con un extra. No queríamos invadirlo. Si le pedimos la jugador que se exprese, que muestre, que se sienta tranquilo, no le podemos poner una enorme presión en la espalda.

¿Qué objetivos plantea que el equipo cumpla en la UruCup?
Quiero que el equipo avance. Avanzar no solo es correr con la pelota, es tener una intención de defender hacia adelante, de contrarruckear, empujar un maul, un scrum, pararse rápido en un penal del rival. Esa sensación que transmiten los equipos que están concentrados los 80 minutos, y aunque sean 10 centímetros los pelean. Los jugadores tienen que plantearse eso, tienen que ponerse el chip de que pueden lograrlo. Me gustan esos tipos que logran 80 minutos de estar conectados. Apelo a ese tipo de jugadores, que se plantean un duelo no solo en un sistema defensivo, sino personal. O en el sistema ofensivo, que entre y sienta que nos transmite, que le transmite al de la tribuna, al rival, a la cámara. Es lo que es nuestro rugby: luchar por el metro a metro.
Es una actitud, con el club debería ser igual, o en un amistoso, o haciendo un entrenamiento físico, o mirando un video tendría que ser igual. Esa es la actitud que necesitamos. Necesitamos de los 15 que entren y los 23 que estén en el plantel una velocidad de reacción muy importante, porque a lo que tenemos de déficit no podemos agregarle el correr de atrás. En este enfoque estamos. Físicamente lo pueden hacer, estamos bien, ahora la cabeza tiene que andar a otro ritmo.
Estamos trabajando en eso. Siempre guardo imágenes del pasado, y lo que ha sido la evolución. Teníamos déficit contra rivales que jugaban rápido, o que nos jugaban rápido a las espaldas. Ese los déficit lo fuimos solucionando lentamente. Hay que seguir aprendiéndolos, porque nos puede condenar un partido, un resultado por una atención. Son cosas que se trabajan. Los jugadores están con esa cabeza positiva, buscando estar más concentrados y lúcidos. Pero tenemos tiempo todavía. Los chicos tienen menos tiempo porque están compitiendo entre ellos por un lugar, y no hay un sinfín de oportunidades. Ahí tenemos que calibrar cuál es la capacidad de uno o de otro. Pero honestamente pensamos que van a dar todo.

 

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