Los Teros VII consiguieron el título de Viña del Mar en 2010 tras una preparación con muchos inconvenientes, hoy el Seven llega con mucho mejor apoyo, lo que no garantiza resultados pero sí ayuda
El seleccionado uruguayo de seven viaja hoy a partir de las 11:30 a Chile para participar del Seven de Viña del Mar, donde deberá defender la corona conseguida el año pasado.
Ese título ubica a los celestes como uno de los máximos favoritos para este 2011. Sobre todo si se tiene en cuenta que los dirigidos por Luis Pedro Achard llegan en condiciones sustancialmente mejores que en 2010. En ese momento, las complicaciones económicas de la Unión, y el foco puesto sobre el proceso de XV que entraba en el último año de eliminatorias, hizo que el Seven tuviese un proceso plagado de dificultades, en el que no se pudo hacer pretemporada , en el que no había preparador físico, y en el que incluso los jugadores debieran pagarse los costos de inscripción, lo que motivó duras declaraciones del por entonces Head Coach del Seven, Felipe Puig, hacia la política de Seven de la URU, y una posterior respuesta del vicepresidente Alejandro Sagasti.
Esta vez, la situación ha variado sustancialmente, según analizaba antes de partir el DT Luis Pedro Achard, que también condujo al equipo campeón en 2010. “Estamos muy contentos, en todos los años que llevo en el seven jamás hemos tenido el gran apoyo que hemos tenido ahora y eso es algo a destacar. Nos sentimos muy reconfortados del apoyo que nos está dando la Unión, en todos los aspectos. Son cosas que no te hacen ni ganar, pero es muy bueno porque los jugadores se sienten respaldados, ven que es algo serio. Hay que destacar el tema de la preparación física, también de los médicos, realmente es muy bueno”.
Claro, como dice Achard todo eso no asegura el título, el cual habrá que ratificar en la cancha, pero sí da más facilidades para que los jugadores se puedan concentrar en el juego. Con respecto a eso, antes de partir, el DT expresó: “Los chicos van con una linda rebeldía de dar vuelta lo del fin de semana, que no fue malo, fue un traspié ante Brasil que dejó una sensación de bronca porque los chicos sabían que era una oportunidad única para definir el Seven de Punta del Este”.
